Existen ciertos asuntos que se consideran “tabúes” socialmente, temas que muchas familias mexicanas prefieren no mencionar porque están relacionados con la pérdida de un ser querido. Son cuestiones que provocan incomodidad al ser tratadas, y aún más al momento de llevarlas a cabo, bajo la idea de que “hay tiempo suficiente” o “falta mucho para eso”. Uno de estos asuntos es la creación del testamento.
La mayoría de la gente tiene noción de lo que es un testamento, su relevancia y las ventajas de prepararse con anticipación, algo que ha sido difícil a lo largo de la historia en México, ya sea en relación al ahorro, la previsión o la planificación a largo plazo. Con respecto al testamento, es la única forma confiable y legal para que una persona especifique cómo se repartirán sus bienes tras su muerte, con el fin de prevenir conflictos familiares y hacer realidad sus deseos.
Solo en México, y según una encuesta de Creditaria, el 90% de los participantes considera esencial contar con un testamento, y aunque saben a quién acudir, el 70% no lo ha creado por falta de interés, mientras que el 44% lo ve como un gasto alto. Es importante recordar que tramitar un testamento no solo abarca bienes materiales: también puede incluir la designación del cuidado de menores o mascotas, la administración de deudas o incluso de un negocio o empresa.
Según el Gobierno Federal, solo entre el 2 y el 5% de la población ha formalizado su testamento, lo que genera serios inconvenientes a mediano y largo plazo, sobre todo legales y familiares. Para muestra: en 2023, y de acuerdo con el INEGI, más del 50% de las personas que fallecieron no tenían testamento, lo que dejó a sus familias en situaciones vulnerables y enfrentando largos procesos legales. Ese mismo año se registraron más de 190,000 juicios sucesorios intestamentarios. Actualmente en México existe un sector de la población que considera el testamento poco relevante, ya sea por la falta de bienes o por cuestiones socioeconómicas. De hecho, según el Gobierno Federal, cerca del 20% de quienes tramitan testamento pertenecen a sectores medio-altos y altos.
Aunque pueda parecer un procedimiento sin gran importancia, no realizarlo de manera correcta y a tiempo, sin importar el valor de los bienes heredados, puede convertirse en un problema que eventualmente desencadene conflictos.
En México, es común enfrentar problemas legales en la familia que a menudo son largos, costosos y agotadores, sobre todo si no existe un testamento. Entre los conflictos más habituales se encuentran las diferencias en la valoración de los bienes, la interpretación de los deseos del fallecido o la revelación de deudas y responsabilidades que los herederos deben asumir.
La importancia de este tema es tal que anualmente, en septiembre y en algunos casos también en octubre, las autoridades, junto con el Colegio Nacional del Notariado Mexicano, llevan a cabo la campaña Mes del Testamento. Esta campaña tiene como objetivo fomentar la cultura del testamento en México mediante descuentos y facilidades. Según El Economista, en 2024, el número de trámites superó los 70,000 durante esta campaña, en comparación con los 10,000 a 15,000 trámites típicos de un mes normal, lo que evidencia el éxito de la iniciativa.
Contar con un testamento se considera como una protección tanto para el individuo como para sus seres queridos, y forma parte de la planificación familiar que sugieren los expertos.
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